Rosa García Toldrà
Un Grupo de Ayuda Mutua (GAM) es un espacio en el cual diversas personas que comparten un mismo problema o dificultad se reúnen para intentar mejorar o superar su situación. Hay diferentes tipos de Grupos de Ayuda Mutua, en función del colectivo de personas que lo conforman. Suelo poner el ejemplo de las reuniones de alcohólicos anónimos, donde las personas se reúnen en torno a la problemática de la adicción a la bebida.
Hoy me centraré en hablar de los Grupos de Ayuda Mutua de personas con trastorno mental. En nuestro caso compartimos experiencias y vivencias relacionadas con el trastorno mental. Son espacios donde no se permiten expresiones del tipo “has de” o “debes de”, puesto que juzgan e incapacitan verbalmente a la persona interpelada a tomar sus propias decisiones. No damos consejos, los participantes hablamos desde la propia experiencia y lo que nos ha sido útil y lo que no. Son espacioshorizontales, puesto que no están dirigidos por profesionales, sino que los coordina una persona con experiencia propia en salud mental y que lleva un tiempo participando en los GAM. No hay jerarquías entre sus miembros.

Son espacios inclusivos, puesto que se invita a los componentes a participar explicando sus experiencias, mientras el resto les escucha. También se respeta el silencio, el que no se hable, puesto que cada persona es libre de contar sobre sí mismo lo que quiera. En estos grupos, las personas encuentran comprensión y respeto. Para nosotros es beneficioso sentir que podemos hablar de lo que sentimos sin temor al rechazo.

El número máximo de integrantes por Grupo de Ayuda Mutua son diez personas. En cuanto se sobrepasa esa cifra, el grupo se divide en dos grupos. Esta forma de crecimiento favorece que en los grupos haya personas con antigüedad y, a la vez, permite abrir el grupo a nuevas incorporaciones.
Cada Grupo de Ayuda Mutua puede tomar, de forma consensuada entre sus participantes, sus propias decisiones respecto a su funcionamiento interno. Como por ejemplo, que la periodicidad de las reuniones sean quincenales o semanales. O como limitar su crecimiento, es decir, cerrar el grupo a nuevas incorporaciones, ya sea de forma puntual o de forma indefinida. En fin, pueden decidir sobre todo aquello que esté relacionado con su funcionamiento interno y estén de acuerdo sus miembros.
Los únicos requisitos para participar son que la persona tenga experiencia propia en salud mental, que desee participar de forma voluntaria y que exista un compromiso de asistencia.